Perros, gatos, hámsters y otros animales de compañía: todos ellos pueden llegar a estar en peligro y necesitar de la intervención de las fuerzas del orden. En Holanda tendrán a partir de ahora su propia policía.
Son 500 uniformados y su misión es proteger no al dueño sino a la mascota. Al fin y al cabo, 40.000 denuncias por malos tratos a animales se registran cada año en Holanda, algo que el Gobierno del país se ha propuesto combatir enérgicamente. Poco importa, como recuerdan los críticos, que tras la debida revisión de las demandas queden poco más de 8.000 casos de verdadera violencia contra los fieles amigos del hombre. Populismo, lo llaman algunos. Pero con el bienestar de los animales no se juega en Holanda, y los recién instruidos “Animal Cops” están dispuestos a demostrarlo.
“114 salva un animal”
Cursos de primeros auxilios en los que se imparten métodos de respiración asistida boca-hocico. Psicólogos especializados en felinos. Seguros médicos para conejos. Pastores que bendicen papagayos o chinchillas. Las posibilidades de adentrar a las mascotas en campos hasta ahora considerados exclusivos de los humanos son varias en Holanda. Por eso no es de extrañar que la idea de crear una unidad policial al servicio de las mascotas haya nacido aquí.
En situaciones de conflicto podrá intervenir la “policía animal”.
Aún así, la primera patrulla despertó gran interés. Equipos de televisión de todo el país se desplazaron hasta la ciudad de Capelle aan den IJssel para filmar a los agentes en acción. Ese día, Gert-Jan van der Wal y su compañera Patricia Zohlandt no tuvieron que acudir al rescate, pero ambos están convencidos de que habrán crímenes suficientes a los que hacer frente con toda la fuerza de la ley.
Los policías pro animales no portan armas de fuego, pero sí porras y están autorizados para llevar a cabo detenciones. “No obstante, antes de llegar a eso”, cuenta van der Wal, “intentamos convencer verbalmente a la gente de que cambie de actitud”. “114 salva un animal” es el eslogan del nuevo cuerpo, que puede verse en infinidad de carteles y pegatinas.
¿Mero populismo?
Sin embargo, no son pocos los que en Holanda consideran que la medida huele excesivamente a puro populismo. Ya antes de los “Animal Cops” se encargaba la policía de intervenir en casos agudos de violencia contra animales, y para las situaciones leves existían voluntarios que asumían la tarea de conversar con los dueños.
Y además, la medida procede del diputado Dion Graus, del Partido por la Libertad, lo que no la dota precisamente de credibilidad. Líder de esta formación es el muy controvertido y ultraderechista contrario al islam Geert Wilders. Él se comprometió en la pasada campaña electoral a mejorar la seguridad en el país con 3.000 policías adicionales, pese a los necesarios recortes de gastos públicos. Al menos una parte de lo prometido, 500 nuevos agentes, circula ya por las calles holandesas.
Noticia extraída de:
http://www.dw-world.de
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