Todos los días, en torno a las 16 horas, una mujer provista de comida y sobras que lleva en una gran bolsa acude al Barrio del Cura, donde una colonia de gatos callejeros residen entre las ruinas de las casas. Cuidadosamente coloca distintas bandejas por el suelo y espera a que los felinos se acerquen a comer. El lugar es frecuentado por drogodependientes, pero no parece importarle. Para ella prima el bienestar de los animales.
Hace unos días, la concejala de Benestar Social, Chus Lago recordó que hay una ordenanza en vigor que penaliza con multas alimentar a los ejemplares abandonados en la calle. Ante esta postura, la asociación ecologista Amigos da Terra presentó un queja ante el Valedor do Cidadán. “Según la concejala si la Policía Local encuentra a alguien dando de comer a los gatos, puede multarle”, afirmó Montse Valencia, asesora jurídica de la ONG a este medio, al tiempo que señaló que al tratarse de una infracción leve la cuantía puede ir de los 30 a los 300 euros. “Lo normal es que se establezcan penalizaciones de 90 euros”.
Amigos da Terra solicitó al Valedor que haga un seguimiento a la política municipal en este área, ya que “la consideramos inoperante y nos encontramos en una situación de indefensión al ser ignoradas nuestra solicitudes de información sobre la gestión del problema de los gatos en la ciudad”.
Proxecto Gato es la agrupación que hasta el próximo mes ha sido contrata por el Concello para esterilizar y controlar los felinos en las calles de Vigo. En estos momentos mantienen una guerra abierta con la concejalía de Chus Lago, a la que denunciaron en los Tribunales por una deuda de 30.000 euros. Por otra parte, acusan al departamento municipal del hacinamiento del refugio de A Madroa, con 500 felinos, por una captura indiscriminada.
“En 2009 calculamos en unos 3.000 los ejemplares que viven repartidos en colonias distribuidas por toda la ciudad (Concello, Casco Vello,Torrecedeira o Florida, entre otras), pero la falta de actuación ha hecho que esta cifra aumentase”, advirtió Fátima Lago, de Proxecto Gato, que desde hace años han esterilizado a 2.000 ejemplares.
Las asociaciones ecologistas piden medidas similares a las aplicadas en Ourense donde se reparte carnés entre los voluntarios que alimentan a estos animales y establecen lugares para darles la comida, controlando esta acción. Por el momento, el Concello de Vigo no tiene una postura clara ante la situación.
Fuente: http://www.atlantico.net/noticia/127374/alimentargatos90euros/
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