Os recordamos la historia de Balú:
Se le extrajeron varias piezas dentales que estaban en mal estado, muelas muy podridas, con sarro y mucha infección, no padece calicivirus. Se le conservaron caninos y dientes.
Es una gatiña mayor, inmuno y muy delicadiña y tuvo un postoperatorio complicado: tardó cinco días en arrancar a comer ella sola, se nota que estaba muy dolorida y fueron unos días difíciles intentando que estuviera lo mejor posible.
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