Kalahari ya sabéis que es un desierto africano, uno de los más grandes del planeta, donde la naturaleza sobrevive a duras penas. Es la lucha por la supervivencia.
La bautizamos con ese nombre porque al poco tiempo de llegar al refugio, tuvo una neumonía brutal en la que todo fueron complicaciones y creímos que no conseguiría salir adelante. Pero lo hizo. Kalahari nos demostró que era una luchadora nata y supimos que así debía llamarse.
Hace 10 días se puso muy malita. Lo que parecía una colangitis, resultó ser lo que llaman una triada o triaditis: colangitis, pancreatitis y enfermedad inflamatoria intestinal.
Nos aconsejaron que no nos hiciéramos ilusiones, que en su caso, la tasa de mortalidad era demasiado alta.
Empezó con el tratamiento y la semana pasada le hicimos una segunda analítica esperando que hubiera mejorado. No solo no había mejorado, si no que estaba doblemente peor...cuando leímos la palabra "septicemia" nos vinimos abajo. Kalahari no lo conseguiría.
Por suerte, siempre contamos con esa compañera que tira de todos nosotros, que por mucho que quisiera derrumbarse, no tenía tiempo para hacerlo. Antes había que hacer llamadas y saber qué podíamos hacer por Kalahari. Esto fue el viernes.
Una transfusión de plasma fue lo siguiente, se le hizo ese mismo día. Por delante, un largo fin de semana esperando que funcionara.
Intentando ser racionales, las unas a las otras nos decíamos "no te ilusiones, no pinta bien", pero la lógica nunca va de la mano del corazón, y el nuestro solo tenía en la mente que si se trataba de pelear, Kalahari lo haría como una leona.
A su lado, otra leona. Esa compañera que no se ha separado de ella, que apenas ha dormido porque necesitaba a cada rato saber cómo estaba, si había comido, que no tuviera dolor.
Esta mañana llegaron los resultados de las últimas analíticas. Kalahari está mucho mejor!
Aún no está fuera de peligro, aún no podemos celebrar que nuestra pequeña está de vuelta en el refugio con su madre Lina y su hermano Lino, pero esperamos poder hacerlo pronto, necesitamos poder hacerlo!
Ayer os hablábamos de como Suli seguirá siendo la misma gata esquiva de siempre, a pesar del tiempo que ha estado en acogida. Con Kalahari ha pasado todo lo contrario.
Hemos descubierto a una Kalahari distinta, a la que le gustan los mimos y a la que por primera vez, hemos escuchado ronronear.
Mil gracias al donante de plasma, al donante 650
Kalahari, sigue peleando como solo tú sabes hacerlo por favor!!
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