Claudia apareció delgadísima y muertiña de hambre en una colonia de las afueras de Vigo. Debía llevar ya un tiempo fuera de casa dado el estado de desnutrición que tenía.
Vino dispuesta a dar el todo por el todo, desde que llegó, come, come y come. Es uno de los casos que más contenta me tienen, en los que se ven los resultados a nuestros esfuerzos. Aún no ha recuperado todo el peso que necesita para poder ser esterilizada, pero en unos días ya estará estupenda. Parece que es una gatita joven, unos dos añitos como mucho, pero... ya sabemos que es muy complicado saber a ciencia cierta la edad de estos mininos.
La nena es increíblemente mimosa, juguetona, comilona... Ahí la véis, no sé si nos estaba pidiendo latita o unos mimos.
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