Grimaldi ha explicado que los insectos tienen un papel clave en el funcionamiento de la Tierra, ya que de ellos depende, entre otras cosas, la polinización de más del ochenta por ciento de las plantas y cosechas de todo el mundo.
"Sólo si las abejas no existieran, la Tierra ya sería distinta", señala el experto, que destaca, especialmente, la labor de dos de los insectos a cuya erradicación dedican los humanos más esfuerzos, como son las hormigas y las termitas, principales responsables de la movilidad de la materia orgánica y del mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta.
"Si desaparecieran las termitas, las selvas tropicales serían lugares radicalmente distintos, y hay que tener en cuenta que los bosques tropicales son los principales productores de oxígeno", remarca Grimaldi, que lamenta que, pese a su vital importancia para la supervivencia del planeta, los insectos estén tan "infravalorados".
En la actualidad hay cerca de un millón de insectos descritos, aunque se calcula que existen entre tres y cinco millones más aún por descubrir.
Los primeros insectos que pisaron la Tierra lo hicieron hace más de 3.000 millones de años, cuando el planeta tenía un clima muy violento, una atmósfera totalmente distinta, no había vertebrados y la mayoría de formas de vida se encontraban en el océano.
Con sus cientos de millones de años de historia, los insectos han demostrado ser uno de los grupos animales con mayor éxito de adaptación, un triunfo de supervivencia no menos que admirable al que Grimaldi ha intentado dar una explicación lógica en los últimos años.
Según este experto, los insectos estaban "predestinados" a tener éxito biológico. En primer lugar, explica, por su edad, ya que al ser uno de los primeros seres en colonizar la Tierra fueron evolucionando y ocupando nichos ecológicos.
Efe / Barcelona 23.12.2007 Fuente periódico "Faro de Vigo"
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