domingo, 19 de abril de 2020

GARRI Y LA MARGARINA


Así de guapo está nuestro Garri, ya castrado y recién vacunado. Vacunación que no le sentó muy bien a nuestro precioso. 13 días después de vacunarlo, empezó con un catarro y una buena cargación, y es que hay que tener mucho cuidado con las vacunas, no dejan de virus que inmunodeprimen a los animales. Tienen que estar muy estables para poder vacunarse, recién desparasitado y no tener ninguna patología o afección y estar muy bien de defensas. Esto a veces no es fácil, los gatos son muy complicados y puede parecer que están bien pero hay algo dentro que se está cociendo. 
Al poner una vacuna, nos solemos encontrar bajones en la primera semana, pero Garri empezó casi a las dos con este catarro (que es como suele cursar si hay un bajón). 
Cuando esto pasa, al usar antibióticos para curar al animal y volver a estabilizarlo, el proceso de vacunación se interrumpe, así que cuando se vuelva a vacunar hay que hacerlo desde 0, como si no se hubiera puesto la vacuna anterior.
En el refugio las vacunas son imprescindibles, sobre todo para los jóvenes y para los recién llegados, ya que no están inmunizados todavía, necesitan un período de adaptación, y son los más vulnerables y susceptibles a enfermarse. Sobre todo necesitan las vacunas los 2-3 primeros años de vida en el refugio que es el tiempo que necesitan para adaptarse e inmunizarse. Pero siempre con mucho cuidado, hay animales que ya llegan enfermos, tardan en estabilizarse y en esas condiciones no se les puede someter a una vacuna.
Y dado que no hay ninguna prueba 100% fiable de leucemia, es muy importante en el refugio tenerlos vacunados contra la leucemia para evitar posibles contagios con animales recién llegados que puedan dar un falso negativo.

Os dejamos unas fotos de Garri robando margarina a la hora del desayuno, que le pirra! 




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