Granadina fue una gatita abandonada en el piso donde vivía su dueño, sin esterilizar, se quedó sola y estresadísima, lo que provocó la falta de pelo en su cuerpiño y la delgadez.
Gracias a las personas que la encontraron y a su nueva familia, ahora está así de preciosa! Aunque al principio le costó un poquito, por el miedo que tenía, ha aprendido a confiar de nuevo, esto es lo que se consigue con amor y cariño día a día.
Nos hace increíblemente felices ver estos cambios tan positivos, como con una familia, atención y cariño, mejoran y son felices.
Gracias a todos los que curáis adoptando, tanto las heridas de fuera como las de dentro. Gracias a los que les dais segundas oportunidades. Ellos y ellas se lo merecen todo y más!
Y, por supuesto, gracias a María y a su chico, por darle esta segunda oportunidad con una familia para siempre!
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