Os recordamos la historia de nuestro gatazo Vladimir.
Uno de los beneficios de las castraciones es la reducción en un porcentaje muy alto e incluso eliminación, del vagabundeo y las peleas.
Siempre hay excepciones, de animales castrados que siguen siendo igual de territoriales y peleones y uno de estos gatos es Vladimir, que le pegó un buen susto a su casa de acogida cuando se encontró este charco de sangre, que procedía de una herida que probablemente se hizo peleando con alguno de sus compis.
Al lamerse la herida por el olor y el picor, probablemente se mordió la vena coccígea que atraviesa la parte inferior de la cola y se provocó esta hemorragia, por suerte se quedó sólo en un susto.
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