Lorena y Borja, dos jóvenes comprometidos, subieron al refugio a concer a nuestros peludos y a echar una mano. No les importó subir en bus, a pesar de no conocer el sitio. Todos los obstáculos se salvan cuando hay amor y ganas.
Se lo pasaron estupendamente. Se pusieron los uniformes y curraron como los que mas, cuando los pequeños los dejaban, claro. A veces hay que seguir trabjando llevando a uno de ellos sobre tus hombros y a otro colgado de la camisa, además de algún que otro cabezaso mientras limpias las estanterías... es lo que tiene venir a dar y recibir mimos.
Muchas gracias chicos... esperamos que volvais pronto, que los gatiños os recibiran con el cariño de siempre.
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