miércoles, 11 de mayo de 2011

Un futuro cargado de esperanza


Nos ilusiona especialmente cuando viene a la protectora algún niño, por que nos hace feliz ver como las generaciones que nos vana suceder ya comparten nuestro amor por los animales.



Lucila nos vino a visitar con su hijo Anxo y con solo mirar sus fotografías ya podéis imaginaros como lo pasaron ambos, muy especialmente Anxo que demostró ser un pequeño sensible y muy cariñoso, que no solo vino a hacerles mimos a los gatos si no que se empeñó en echarnos una mano y darles de comer a los peludos.




El peque lo pasó genial, los gatis lo pasaron genial y se portaron como los angelitos que son. Y es que estos peludos saben cuando hay amor y mucho cariño y saben corresponderlo.




Pero quizás sea mejor que quien exprese lo que sintieron cuando nos visitaron sean los protagonistas, Lucila y Anxo:

Mis queridos amigos: aunque la información que os reenvié de Proyecto Gato fue sólo a los que residís en España, las fotos de recuerdo y la impresión que sacamos las envío "por todo el mundo": Por un lado fue gratificante ver la labor de voluntariado de la gente con los animales abandonados, y por otro lado triste las secuelas del maltrato: algunos de ellos no se acercan a los humanos, etc...No hay mucho espacio y pasan apuros para mantenerlos.
En general, no soy de las que piden ayuda para proyectos en los que yo misma no esté involucrada. Como tenemos previsto volver en mayo o junio, a los que vivís cerca de Ourense os pido que si os sobra alguna colcha, toalla, o de la lista que está colgada en el blog, quedamos y lo llevo en "viaje solidario". Gracias de antemano.







Algo que me permito sugeriros a los que tenéis niños es que los involucréis en algún proyecto parecido a este, o que adoptéis "on line"...lo que sea, pero que a nuestros hijos los eduquemos en el respeto, no sólo a los demás sino a todo lo que tiene que ver con la Naturaleza que Dios creó, me parece esencial..Anxo disfrutó un montón dándoles de comer, y aunque en algún momento sentir sus patas en las piernas le dio un poco de miedo, luego se acostumbró y acabamos rodeados -literalmente- de ellos.
Agradezco a la amiga que me sugirió compartiera esta experiencia con mi hijo. A todos, gracias adelantadas por lo que me podáis dar, enviar, orar por ello, cada uno lo que pueda.





Muchas gracias Lucila por tus palabras, por visitarnos y traer cositas para los peludos de la protectora, por traer a Anxo y demostrarnos que educando a nuestros pequeños en el respeto y el amor podemos mejorar las cosas y por dar una tarde de cariño a los peludos de la protectora, que lo pasaron estupendamente con vuestro cariño y atenciones.


Mil ronroneos de nuestros pequeños y esperamos que nos visitéis pronto.

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