Frecha hace honor a su nombre, su traducción al castellano es Flecha, y es que sale disparada en cuanto nos acercamos demasiado. Aunque no tiene un pelo de tonta y cuando hay chuches por medio se hace la que no se entera de nada y hasta la podemos rozar.
Es otro de nuestros casos que necesitan adoptantes especiales, tiene miedo del ser humano, pero a la vez no puede evitar sentir curiosidad.
Se lleva de maravilla con los demás gatos de la protectora.
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