Acosador hace honor a su nombre. Entrar en el refugio es arriesgarse a que te salga "un gato en la espalda".
Le encanta jugar y se toma confianzas en seguida, y donde mejor que subido a nuestra espalda para ronronearnos y exigirnos mimos.
Es adulto, pero joven, le encanta posar para las fotos y se lleva estupendamente con otros gatos.
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