Para acabar el año, os compartimos una publicación especial de cómo ha ido mejorando y avanzando Laura en estos días.
Para empezar, una vez que Laura estuvo instalada en su cuadra, se le proporcionó asistencia veterinaria, se hidrató y a las pocas horas su temperatura ya había subido varios grados, tenía ganas de comer y se sentía mejor.
Pero esto no se acababa aquí, ya que Laura seguía postrada, y había que seguir trabajando y haciendo esfuerzos para poder levantara, ya que es crucial que una vaca en este estado pueda volver a ponerse en pie, porque se pueden producir isquemias debido a la falta de flujo sanguíneo y provocar daños irreparables, incluso quedar inválida para siempre.
Así que a pesar del cansancio, de la extenuación y del agotamiento, al día siguiente nos pusimos en marcha para diseñar un mecanismo para poder montarlo en la cuadra y con él, levantar a Laura.
Con muchísimo esfuerzo y ayuda, fuimos capaces de levantar a Laura, incluso come de pie y pudo por un rato estar ella misma sobre sus cuatro patas (en una de las fotos se nota que las cinchas no hacen presión, están holgadas), con ayuda del artilugio que se ha instalado desde 0 sólo para ella.
Necesita ponerse de pie todos los días, y es un trabajo de horas ponerle las cinchas y levantarla, estimular el riego... y luego volver a dejarla acomodada. Es un sobreesfuerzo y un trabajo increíble, que nos demanda mucho, pero vale la pena por verla mejorar cada día!
Queremos agradecer a David, ya que fue crucial a la hora de montar los polipastos, la viga, y hacer el diseño de todo el mecanismo, y que, junto a Paula, son la ayuda indispensable para ejercitarla cada día y atenderla.
Queremos terminar con un fragmento de una cita de Sigmund Freud, que puso en perspectiva la cuestión de la supremacía humana cuando escribió en 1917 que "en el curso de su desarrollo hacia la cultura el hombre adquirió una posición de dominio sobre el resto de las criaturas del reino animal.. No obstante, no contento con esa supremacía, empezó a cabar un foso sobre su naturaleza y la de aquellos. Les denegó la posesión del raciocinio, se atribuyó a sí mismo la posesión de un alma inmortal y se atribuyó un origen divino que le permitió aniquilar el lazo comunitario entre é y el reino animal". El dominio sobre los demás habitanes de la tierra que el hombre se autootorgó fué denominado por Freud "megalomanía humana"
(Fragmento del libro Eternal Treblinka: Our treatment of Animals and the Holocaust, de Charles Patterson).