martes, 28 de abril de 2020

IGGY, UNA ESPERANZA PARA EL PIF

Iggy procede de una colonia del centro, os recordamos su historia:

https://blogdeproyectogato.blogspot.com/2020/03/iggy-la-luchadora-la-gran-tortura.html

Su cuidadora nos había avisado porque veía que además de estar más pequeña y delgada, empezaban a fallarle las patas traseras.
Cuando llegó al refugio, tenía respuesta de las cuatro patas, pero no podía moverse, ni ponerse en pie, mucho menos andar, estaba postrada.
El temómetro no le marcaba temperatura, la estabilizamos y empezamos a hacer pruebas.
Todo tipo de pruebas relacionadas con el posible problema, y todo daba negativo: toxoplasmosis, criptococo, ácidos biliares, electrolitos, bioquimidas, hemogramas, test FiV/FeLV.
A pesar de que al principio pensamos que pudiera tratarse de PIF ya que en las analíticas le dio la proteína alta, nos pareció extraño, porque antes de perder la movilidad, la gata estando en la calle ya empezó con síntomas: adelgazó, empequeñeció, se le oscureció una pupila... Y ella hubiera aguantado meses en la calle.
En vista de que no encontrábamos pistas del problema, le hicimos un TAC esperando que encontraríamos una masa de tipo tumoral en la cabeza, ya que uno de los problemas que persistió en ella fue que su temperatura nunca se daba estabilizado, bajaba y subía constantemente, eso normalmente es consecuencia de un problema que está afectando al sistema nervioso central, que es donde se regula la temperatura.
Pero el TAC reflejó un problema inflamatorio en el centro de su cráneo (intracraneal) y a mayores tenía hidrocefalia (líquido en el cerebro), pero no parecía nada tumoral. Después de la opinión de varios neurólogos, concluimos que el problema finalmente sí era un PIF, un PIF seco.
La pequeña dio un bajón tremendo en cuestión de un par de días, se le veía peor físicamente, como en el vídeo, con temblores...
Siempre que nos aparecía un gato con peritonitis se nos cerraba cualquier opción, ya que es una enfermedad mortal, que no tiene cura o tratamiento. Pero ahora hay un halo de luz, ya que hay un antiviral nuevo que se está usando en algunos casos de PIF. No siempre funciona, como por desgracia, fue el caso de Iggy, pero creemos que fue porque la enfermedad estaba muy avanzada y no llegamos a tiempo, a pesar de que el primer día pareció más lúcida, pero fue una subida pequeña y puntual.
En otros animales está dando resultados positivos y no están destinados a morir en un corto plazo de tiempo.
Esperamos que con el tiempo pueda ser más accesible ya que es un tratamiento extremadamente caro. Nosotros pudimos intentarlo gracias a la generosidad de Eduardo, que nos donó un vial de su gato y al menos se pudo intentar.
Gracias de todo corazón a Idoia, Andrea y a Mónica por su apoyo y colaboración.
Por Iggy lo sentimos en el alma, ya que fue muy duro todo su proceso y ojalá hubiera podido ser de otra forma. Te queremos pequeñaja.





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