El Viserito era un gato que sufría de una inmunodeficiencia activa. Tenemos muchos casos de gatos con este problema que provoca en ellos múltiples sintomatologías, hasta las más raras que podamos imaginar. Gatos a los que se les hacen pruebas y pruebas y no se les encuentra nada en concreto.
En el caso del Viserito tenía unos valores de leucocitos que eran un disparate, incompatibles con la vida, si el límite normal es 19 mil, en él eran 130 mil, o lo que es lo mismo, una septicemia, infección general de la sangre.
Se le han hecho placas de todo el cuerpo, análisis y no sabíamos el motivo de esos valores tan disparatados. A posteriori añadimos un estudio de sangre completo, con un cultivo y un raspado.
Finalmente, el resultado ha sido algo insólito, leucemia, pero no felina, sino una similar a la del ser humano, que ataca a la médula y la sangre.
Por desgracia, una leucemia fulminante que se lo llevó en un par de días, nuestro pequeño, al igual que todos los terminales, pasó su último día fuera del refugio, respirando brisa del mar, con medicación, tranquilo y durmiendo, hasta comió un poquito y finalmente se nos fue tranquilo.
Hasta siempre, con todo el dolor de nuestro corazón, nunca jamás nos acostumbraremos a verlos marchar, cada día es algo más difícil.
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