Por la pista que rodea la finca por el oeste, nos llegó ese olor nauseabundo que cubre nuestros montes, algo más habitual últimamente que lo que somos capaces de reconocer. El viento bajaba por la ladera de la sierra, un ligero noroeste, y de nuevo se intensificó el olor. Algo grande debía de estar muerto allí arriba.
Nos fuimos acercando, el olor iba confirmando nuestras sospechas, y pelo, pelo de cánido, hasta aquel pequeño regato. Allí yacían dos cuerpos de perros, uno blanco y negro, claramente doméstico. Otro más rojizo, con esa capa de color tan característico, al que se le achaca toda clase de males. Ambos de pequeño-mediano tamaño y lo que parecía que llevaran allí aprox. 3 semanas. En la única oreja observable por el avanzado estado de putrefacción, del perro de color claro, no había ninguna marca.
Aquellos perros habían sido arrastrados hasta ahí, por las marcas de pelo que se podían observar en el camino. Una vez en el borde del pequeño cantil sobre el regato, allí los lanzaron rompiendo las ramas de esos eucaliptos quemados. Uno sobre el otro. Esas ramas partidas se ven claramente en la foto. No pudimos distinguir si la muerte fue por tiro o por veneno debido a que esos cuerpos ya no tenían consistencia ninguna. Al menos sabemos que no era por lazo ya que no había ninguna marca de haber estado enganchados y forcejeando durante horas con el acero.
Lo que llama más la atención es que los tres lobos-lubicanes-perros de los lazos fueron encontrados en los alrededores de esa finca, el cuarto “lobo” en un pinal a poco más de 1 km hacia el sur, del otro lado de la aldea de Mosquete, y ahora estos dos pobres animales, que a saber por qué cruel razón los mataron y los tiraron allí.
Nuestras pesquisas al día siguiente: nos fuimos a revisar otra zona en el monte, ya del otro lado de la sierra, por debajo de As Torres do Inxerto, allí nos habían comentado que habían matado un lobo puro. No lo encontramos. Pero sí encontramos otro perro muerto. Parecía un precioso Pointer, de capa blanca, con grandes manchas oscuras y pardas. La cara la tenía deshecha, y le faltaban las orejas.
Pointer es una raza típica de caza.
Al día siguiente llevamos al SEPRONA y los Agentes de Medioambiente de la Xunta para la revisión de los cuerpos de los perros que habíamos encontrado el día anterior. En el pointer no apareció ningún microchip para su identificación, y los agentes señalaron que la falta de orejas quizás pudiera implicar que ese perro tuviera en la oreja alguna marca significativa que podía indicar su origen o su criador. Eso explicaría por qué se las quitaron, para no dejar ninguna pista.
Estos perros los encontramos en tan sólo unas horas entre chubasco y chubasco, la situación en el Barbanza como podéis comprobar es muy preocupante ya que continuamente se está faltando a las leyes básicas de respeto animal y a la naturaleza. Esto es un auténtico cementerio de perros, de cualquier cánido, y no sabemos, no tenemos ni idea, de lo que realmente está ocurriendo en nuestra Serra do Barbanza.
El conflicto de la gestión del monte, los recursos naturales y los animales domésticos influyen directamente en la conservación de las especies salvajes, en este caso, del mayor depredador de Galicia, el lobo. Esta semana trataremos de daros más información sobre la legislación de estos aspectos y también de la normativa europea aplicable.
fuente : http://blogueiros.axena.org/2012/05/21/asesinos-de-lobos-en-el-barbanza-xv-el-cementerio-de-perros/
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