Nuestro precioso perrigato Yaro nos ha dejado, después de revivir en su casa de acogida tras una tercera recaída, que pensamos que no superaría, nuestro pequeño nos ha dejado.
Sus últimos meses disfrutó del calor de un hogar. No nos cansaremos de repetir lo importante que es poder acompañar a nuestros gatos enfermos en su última etapa de la vida, que la puedan pasar fuera del refugio, que tengan la atención y la calidad de vida que en el refugio es imposible darle a gatos terminales. Nuestro Yaro revivió y su casa de acogida le regaló más de siete meses de vida.
Hasta siempre, descansa en paz pequeño. Nos consuela saber que aunque fuese un poquito, hubieses disfrutado de la vida que todos os merecéis.
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